En los últimos tiempos, las clases -tanto de infantil como de primaria y secundaria- han experimentado un proceso de digitalización, que ha traído un cambio de paradigma educativo.
A día de hoy, es usual ver de qué forma los libros de texto conviven o bien han sido reemplazados por tablets y otros dispositivos electrónicos que los profesores utilizan como herramientas pedagógicas.
Frente a este escenario 2.0, las corrientes a favor y en contra producen tendencias de opinión y discusión sobre su utilidad real. Por una parte, los defensores de las nuevas tecnologías aplicadas al universo educativo como componente motivacional, añadido a las actividades y atención a las necesidades específicas. En el lado opuesto, los que apuntan un empleo pasivo del contenido, la pérdida de la práctica de la escritura o bien el precio de estos dispositivos, demasiado elevado para muchas familias.
De qué manera la tecnología ha transformado el planeta de la educación
La realidad es que el empleo de tabletas, pizarras digitales o materiales interactivos se ha incrementado en los últimos tiempos en los centros escolares y se prevé un aumento en el futuro. Esto supone un cambio en el planteamiento de la actividad de la clase por parte de los profesores, una mejora en la interacción maestro-alumno y un aprendizaje más adaptado con herramientas de monitorización de datos estadísticos del proceso de aprendizaje.
La integración de las nuevas tecnologías capta la atención del alumno actual, que se implica más. Además de esto, es posible la digitalización y almacenaje de la información en un mismo sitio, la interacción mediante plataformas de almacenaje en la nube con las que maestro y alumno comparten recursos de forma instantánea y la simplificación del material escolar.
El III Estudio sobre el Empleo de la Tecnología en el Aula, elaborado por BlinkLearning con la cooperación de la Universidad Rey Juan Carlos en mayo de 2017, recoge que el 83,3% de los profesores encuestados asegura que la relación entre el empleo de tecnologías y la motivación de los alumnos es alta o muy alta. Otras ventajas del empleo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) recogidas son el acceso a recursos y la incorporación de elementos audiovisuales. Además de esto, el 92,2% piensa que las tecnologías introducidas en sus centros se alinean con sus objetivos pedagógicos.
Una realidad en la educación superior
El empleo de las TIC no necesariamente implica mejores notas; sin embargo, tiene una incidencia positiva en otros aspectos como la autonomía, motivación o capacidades tecnológicas. Esa digitalización de la capacitación universitaria está más asumida. Absolutamente nadie pone en duda que la universidad ha de estar al frente de la innovación. En este sentido, muchas son las empresas y también instituciones que, como en el caso de Banco Santander en su cooperación con algunas de las universidades más punteras de España, apuestan por llevar la tecnología más allá de la educación obligatoria.
El catedrático de Economía Financiera de la Universidad CEU San Pablo, Ricardo Palomo, en relación a las conclusiones que se desprenden del informe Crue Universidades Españolas TIC 360º – Tendencias TIC 2017: Transformación Digital en la Universidad, apunta que “hay cada vez más profesores que usan innovaciones como aplicaciones para hacer cuestionarios participativos en clase, recursos audiovisuales y una creciente gama de opciones. A su vez, los alumnos se han actualizado y es cada vez más común que el portátil sea para ellos una herramienta de su día a día“.
¿El fin del libro de texto o bien el comienzo de una nueva etapa?
Como replica a los que presagian el fin de los libros de texto ante tabletas y pizarras electrónicas, la comunidad educativa coincide en que la complementariedad de los nuevos y viejos medios enriquece el proceso pedagógico.
“Del empleo de los distintos apoyos en los institutos se consiguen diferentes resultados. Para una búsqueda de información puede ser más sencillo utilizar tablets o ordenadores, al tiempo que para una lectura más calmada y concentrada el libro de papel es más efectivo. Lo esencial es que los alumnos sean capaces de utilizar cualquier herramienta y, de ahí que sea preciso el empleo de todas y cada una ellas”, apunta José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (Anele).
Moyano indica que “la introducción de tabletas o ordenadores en las aulas debe acompañarse de otros elementos como, por poner un ejemplo, unos contenidos adaptados a estas nuevas herramientas, capacitación del profesorado con el objetivo de que puedan emplearlas de una forma adecuada y suficiente conectividad en las clases que admita el empleo por parte de los alumnos”.
Implantación real y eficaz en el centro
Muchos son los centros que han implantado las nuevas fórmulas digitales a lo largo y ancho de España. En ellos, el libro de texto se emplea ya como un simple apoyo de consulta, al ritmo que las tabletas y archivos electrónicos ocupan en algunos de ellos -como la escuela Sadako de Barcelona- el 100% de las horas lectivas.
En este sentido, son múltiples las plataformas digitales que se han creado al abrigo de este propósito. Entre ellas, resalta el proyecto Horizonte 2020 que, con un 10% de implantación en los centros que participan, ya da sus clases íntegramente por proyectos, sin libros de texto y apoyados en su práctica totalidad en materiales digitales.
El libro de texto ha dejado de ser la principal herramienta para profesores
Otro claro ejemplo serían las llamadas Flipped Classroom o clases invertidas, donde las explicaciones generales, lecturas y clases magistrales de los profesores se trasladan a otro instante del proceso educativo, por lo general fuera de clase facilitado por herramientas audiovisuales como el vídeo digital, portátiles y tabletas.
Una metodología – la de dejar el libro de texto como herramienta primordial para profesores – que día tras día gana más adeptos entre la comunidad educativa y que defiende una idea como estandarte: que los nuevos medios digitales aportan una amplitud considerablemente mayor de conocimiento, mayor diversidad ideológica, promoviendo la creatividad y la apertura de pensamiento en los estudiantes.